Por Carlos Taibo, Antonio Aretxabala y Antonio Turiel.La Planeta
Seguidamente ofrecemos la transcripción de la conferencia ofrecida el 30 de octubre en los Viveros de Ulia de Donostia, por Antonio Turiel, Antonio Aretxabala y Carlos Taibo. La conferencia fue organizada por EH Bizirik, Lumaltik Herriak, A Planeta y Uliako Lore-Baratzak.
CARLOS TAIBO:
Pues, muchas gracias por la invitación.
Veo que este mecanismo tan restrictivo de dar uso de la palabra, me obliga a ser en exceso conciso, lo que interpreto como una forma de censura abierta (Risas). Yo voy a oficiar aquí de telonero, porque las personas que realmente saben… – ¿Por qué dices que soy un mentiroso?- Bueno, realmente sé que no sabéis tampoco, pero yo en cualquier caso, de lo que tengo certeza es de que que no sé soy yo. Ya se me ha ido, ¿verdad?
Recuerdo que una vez en Madrid en un tribunal de opinión sobre la deuda externa, que teníamos cada uno un minuto, Marcelino Camacho inició un saludo diciendo «Estoy aquí en representación del pueblo obrero, campesino, pescador, minero…» y se le fue el minuto entero con la salutación.
Yo voy a transmitir los seis ideas, que son en sustancia las mismas que transmití ayer. Hablado en serio, había pensado innovar con respecto a lo de ayer pero me pareció que si está esto ya mucho más marcado temporalmente es preferible repetir lo que uno hizo, y que sabe más o menos que tiempo reclama.
Primera de las ideas: quienes me conocéis sabéis que desde hace tiempo, cuando tengo que perfilar una idea general sobre nuestros deberes en relación con la transición ecológica, me sirvo de varios verbos: decrecer, re-ruralizar, des-tecnologizar, des-patriarcaliziar , des-colonizar, des-complejizar y últimamente agrego, des-militarizar. El despliegue de esos verbos, y a esto voy, solo tiene sentido que es el punto de vista, si conseguimos sumar una doble dimensión.
La primera es la relativa a las luchas sociales. Hay quien ha dicho que la ecología sin lucha de clases es meramente jardinería, y el argumento creo que está bien planteado.
A los principales pensadores, pensadoras decrecentistas, a menudo se las preguntas si su propuesta, es de izquierdas o derechas.
La pregunta creo que tiene poco sentido, porque estos dos términos han ido experimentando una difuminación. Prefiero que pregunten si la propuesta correspondiente tiene sentido imaginarla dentro del capitalismo o reclama por necesidad salir de este último, que es mi posición.
El segundo agregado que invocaba, habla de la ausencia de combinar las luchas ecológicas con las luchas anticoloniales, o por decirlo de otra manera, de reunir la historia ecológica del Planeta y la historia colonial.
A buen seguro que sabéis que uno de los términos que se ha sentado en las últimas décadas, es es el que habla del antropoceno, para sugerir que el ser humano se ha convertido en un agente biológico que está transformando para mal, las más de las veces, reglas del juego elemental.
Esa concepto tiene mucha utilidad, pero arrastra a sus problemas que intuyo quedan retratados de la mano de la aparición de algunos términos alternativos. Hay quien prefiere hablar del capitaloceno, para subrayar que hablando en propiedad, no es la especie humana, sino un sistema preciso llamado capitalismo.
Hay quien utiliza la expresión androceno para llamar la atención sobre el hecho de que la responsabilidad fundamental corre a cargo de la mitad masculina de la población planetaria.
Y hay quien empieza a hablar, y en el fondo a esto voy, del plantaciónceno o del negroceno para subrayar la relación evidentísima, que existe entre las agresiones ecológicas y los dominios coloniales.
Según la apreciación, muchos de los debates de hoy se ven indeleblemente marcados por la llamada Agenda 2030. Creo que sabéis que esta agenda ha sido objeto de críticas acervas del lado de nuestra derechona, algo que en una primera aproximación invitaría a ser moderados en nuestras críticas. No consigo hacerlo.
Me parece que la agenda 2030 refleja con mucha claridad las miserias del sistema de Naciones Unidas. Me explico, hace 25 o 30 años, Naciones Unidas anunció su propósito de acabar con el hambre del mundo sin tocar un ápice los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional. Esto era rizar el rizo.
¿Qué es lo que echo yo de menos en la Agenda 2030? Una consideración crítica del capitalismo. No la hay. Un recelo expreso en lo que respecta las presuntas virtudes
del crecimiento económico. Tampoco la hay. Una consideración sería el fin de los problemas de los países del Sur. Falta visiblemente.
Tercera de mis apreciaciones. Yo soy una de las muchas personas que hace 20 o 25 años defendía sin mayores dudas las llamadas energías renovables. Sabíamos ya entonces que ni eran perfectamente renovables ni eran limpias. Pero por detrás en nuestra defensa creo que operaba una idea que era respetable: la sugerencia de que estas tecnologías, o estas energías,
por definición tenían un carácter descentralizado. De tal manera que se prestaba a un control popular exhaustivo desde perspectivas autogestionales.
No voy a afirmar que lo contrario es lo que se ha abierto camino. No voy a recelar del buen sentido de esta apuesta inicial. Me voy a limitar a verificar que la deriva de los hechos ha conducido un escenario distinto. Según una estimación las dos terceras partes del negocio eólico del Estado español están en manos de las grandes empresas de la energía. Y buena parte del tercio restante está en manos de las grandes empresas de la construcción. Algo que obliga a concluir que lo que podía tener alguna justificación que defendiésemos hace 25 o 30 años hoy no lo tiene, porque se inserte en plenitud en la lógica del capitalismo verde, que entiende que hay que utilizar la ecología, las carencias correspondientes como una fuente adicional de beneficios.
Cuarta observación: Poco me importa el término que utilicemos para describir esto: yo prefiero seguir hablando de decrecimiento. En cualquier caso, la propuesta principal que hay por detrás sugiere que para resolver muchos de nuestros problemas tenemos que poner los frenos de emergencia y que esto implica muchos ámbitos dar marcha atrás.
La perspectiva del decrecimiento tal y como yo la concibo nos dice que si vivimos en un Planeta con recursos limitados no tiene sentido que aceptemos a seguir creciendo ilimitadamente. Tanto más cuento que sobra los motivos para concluir que hemos dejado mi atrás las posibilidades medioambientales y de recursos que la tierra nos ofrece.
En este orden de cosas la perspectiva del decrecimiento nos dice que los países ricos del norte opulento inexorablemente tenemos que reducir los niveles de producción y de consumo.
Pero tenemos que anotar un conjunto de medidas adicionales que rompen con la lógica dominante. Cuáles son enunciadas telegráficamente esas medidas:Tenemos que recuperar la vida social que hemos ido dilapidando en nuestra obsesión por el consumo, la competitividad y la productividad.
Tenemos que apostar por formas de ocio creativo frente a las formas de ocio siempre vinculadas con el dinero que nos ofrecen por todas partes.
Tenemos que repartir el trabajo, una vieja demanda sindical que infelizmente fue muriendo con el paso del tiempo.
Tenemos que reducir las dimensiones de muchas de las infraestructuras productivas, administrativas y de transporte que hoy empleamos.
Tenemos que restaurar el vigor de la vida en lo local en un escenario de reaparición de fórmulas de democracia directa y de autogestión.
En fin, en el terreno individual tenemos que defender la sobriedad y la sencillez voluntarias.
Va la quinta y penúltima de las apreciaciones que quiero haceros. Muchas veces he señalado los últimos años que no prestamos suficiente atención a una habilidad ingente del sistema que padecemos: la de conseguir que no hagamos las preguntas importantes.
Pongo un ejemplo de lo que quiero subrayar. El discurso dominante afirma que tenemos que buscar nuevas fuentes de energía que nos permitan mantener esto que hemos alcanzado y en su caso acrecentarlo.
¿Cuál es la gran pregunta que consiguen que no hagamos? ¿Realmente estamos interesados en mantener esto que tenemos delante de los ojos o, como me temo, obtendríamos francas ventajas derivadas de prescindir de los muchos elementos de irracionalidad de nuestras opciones?
Cuando enuncio ese argumento suelo recordar que a mi entender las fuerzas políticas emergentes entre nosotras, y algunas de las no tan emergentes, promueven discusiones interesantes en lo que respecta a la condición del régimen en el que estamos insertas. Pero infelizmente poco o nada nos dicen sobre la naturaleza del sistema que está por detrás de ese régimen.
En que estoy pensando cuando hablo del Régimen: en el bipartidismo, en la corrupción, en los problemas en materia de división de poderes, en la propia discusión española sobre la República y la monarquía. En que estoy pensando en cambio cuando me refiero al sistema: en todo aquello de lo que lo hablan los tertulianos de las radios y de las televisiones. En el capitalismo, en el trabajo salarial, en la mercancía, en la liberación, en la extracción, en la plusvalía, en la sociedad patriarcal, en las guerras imperiales, en la crisis ecológica, en el colapso.
Siempre que enunció esta retahíla de sustantivos procuro rescatar uno: plusvalía. No estoy pensando ahora, lo aclaro siempre, en ese impuesto que hay que pagar cuando se produce la compra-venta de una vivienda. Estoy pensando, antes bien, en el concepto de plus-valía desgranado por Marx, en el primer libro de El Capital, cuando estudia, como los empresarios explotan a la mano de obra y obtienen el beneficio correspondiente.
Hace unos años corrió por las redes sociales una frase redonda que creo daba en el clavo de la cuestión. Con ironía decía: «Tú que estás tan preocupado, tan inquieto, tan indignado con la corrupción, ya verás cómo vas a flipar el día en que te enteres de lo que es la plusvalía».
La corrupción es un fenómeno inquietante, sistémico. Pero lo de la plusvalía remite a la explotación cotidiana, los 365 días del año, de miles de millones de seres humanos.
¿Cuánto tiempo dedicamos a discutir sobre la corrupción y cuánto asignamos a la plusvalía? Me temo que el panorama es literalmente desolador.
Sexta y última de mis observaciones. He deslizado, hace un minuto, el término «colapso». Creo que estoy obligado a encarar una pregunta a ese respecto: ¿Vamos a conseguir esquivar un colapso general del sistema en el que estamos inmersas? El mi intuición (subrayo que estoy invocando a la intuición) la respuesta es «No». Lo que está a nuestro alcance es mitigar algunas de las consecuencias más negativas del fenómeno y postergar un poco en el tiempo su manifestación.
Debo confesar – lo hago siempre – que este segundo horizonte lo de postergar esa manifestación en el tiempo no acaba de convencer. Lo que me ronda en la cabeza es el título, el libro, moderadamente humorístico (el título, no el libro), de un norteamericano llamado John Michael Green, en una imaginable traducción castellana esa obra se titularía «colarse ahora y evite aglomeraciones». La tesis principal de Green viene a decir, si inexorablemente vamos a colapsar, no será lo más inteligente que empecemos a construir ya los rasgos propios de la sociedad poscolapsista.
Ahora que el cambio climático todavía no ha hecho sentir sus consecuencias más negativas. Ahora que todavía contamos con materias primas, energéticas y no energéticas en cantidades relativamente importantes. Desde el recordatorio de que la mayoría de los colapsos registradas en el pasado tuvieron consecuencias saludables en lo que respecta a re-ruralización, desjerarquización y autonomía local y desde la intuición el fin, de nuevo la intuición, de que el colapso puede borrar de un plumazo, muchos de los problemas que nos atenazan en lo que respecta a la propiedad privada y a la renta.
Gracias por ahora por haberme escuchado.
(Aplausos)
(
Uno dice que el nitrógeno, como todos sabéis, es el elemento que forma parte de nuestras moléculas proteínicas, nuestra estructura, que son nuestros huesos, que no son sólo los nuestros, sino los de todo el mundo vegetal y los de todo el mundo animal. Y luego el fósforo, pues, es la molécula, que tiene que ver con la capacidad de producir energía, transportar la energía a través de los cuerpos de todo los seres vivos del Planeta. Es la P del fósforo (en la tabla periódica). El fósforo lo hemos machacado porque las especies que llevamos ya muchos años cultivando, precisamente, por haber introducido estas nuevas corrientes no renovables desde hace prácticamente 70 años, en la agricultura. Hemos puesto en funcionamiento especies que son de las que comemos, que ya no se buscan la vida para buscar fósforo ni nitrógeno, simplemente por el hecho de que como disponíamos de fertilizantes baratos derivados del petróleo y de pesticidas baratos derivados del petróleo de los que hemos arrasado la biodiversidad con lo cual estamos atacando el primer nivel, el segundo y el tercero.
Y bueno, ya no quiero extenderme más sobre estos límites, pero luego ya por cuarto lugar tendríamos el cambio climático, que si no es muy gordo es en el que se ha centrado todo el sistema capitalista, especialmente en Euskal Herria con respecto a hacer negocio. Desde aquí sí que hemos involucrado a las generaciones futuras a través de estos fondos llamados Next Generation, estos fondos de Recuperación, Transformación y Resilencia: No sé si os acordáis en el años 2020 al salir de la pandemia, Pedro Sánchez reúne a todos los grupos y agentes sociales, sindicato, empresarios, militar, y les anuncia que vamos a hacer una transición verde, digital e inclusiva. Y entonces, aprueba una cantidad de presupuestos que conlleva sobre todo la implantación masiva de energías o dispositivos tecnológicos de captación de las energías renovables, que suponen aproximadamente las dos juntas, las más famosas, eólica y solar, aproximadamente no llegan ni al 7 % de la energía que consumimos.
Y con esto, pues, íbamos a hacer una transición que iba a involucrar a todo el mundo, pero por detrás lo que se busca era un nicho de negocio para favorecer involucrando a la Next Generation, que era un hombre muy bonito, es decir, a nuestros hijos y nuestras hijas, involucrarles en los beneficios actuales de Iberdrola, y de un entramado político y empresarial que es el que vive de esto.
Esto sería el enfoque que se ha hecho del cambio climático, a través de una forma de hacer esa transformación de la sociedad, de ese metabolismo y de estas corrientes de las que hablaba antes, para seguir haciendo exactamente lo mismo, pero de una forma renovable, eléctrica e industrial.
Bueno, pues, esto ya ha fracasado por las razones que váis a escuchar a continuación. Esta apuesta no tenía futuro. Ya lo sabíamos. Pero todos aquellos que poníamos en duda toda esa cuestión… estuve en el parlamento de Navarra participando en la comisión de transición energética y cambio climático, y me di cuenta de que los grupos políticos estaban realmente perdidos.
Luego en el debate que hagamos al final me gustaría profundizar en algunos aspectos un poquito más, porque realmente la Euskal Herria que habitamos parece que va perfilando ya una cosa que alguien ha inventado, que sería como una especie como de mapa, en el que toda esta, esta transición renovable industrial llevaría a tener un gran de centros tecnológicos, de alta tecnología, como los que me comentaba Arantxa Tapia, que estarían directamente en la zona vizcaína, todo lo relacionado con la industria vizcaína; luego tendríamos una parte que sería turística, servicios, pero muy VIP, un modelo Mónaco, San Tropez, con un metro precioso que sería Donostia; y luego tendríamos la Euskal Herria subsahariana que sería la que produciría los alimentos y la energía necesaria para mantener este proyecto,
que parece que se quiere perfilar, pero que yo creo que no va a tener ningún futuro. Y ya le doy el paso a Antonio (Turiel)
(Aplausos)
Antonio Turiel
En primer lugar agradecer que nos hayan invitado a estar aquí, una vez más, explicando estas cosas- Yo, la parte que me toca a mí, yo incidir en lo que dice el título de la charla, lo de la falsa transición. Entonces, la primera cosa que hay que decir, es importante, es que este modo de transición por el que se ha apostado, que nunca llegó, era un modelo que pretendía no responder al problema del cambio climático, sino responder al problema de la escasez de combustibles fósiles y demás tipos de energía.
Respecto a la escasez de petróleo, de gas natural y en general de combustibles fósiles, es algo que se ha venido negando durante todos estos años, es una cosa que ha ido yendo a peor todos estos años. Según informes recientes ya estamos entrando la fase de declive, y este declive, si no se pone mucho dinero, va a ser muy rápido, o incluso poniendo mucho dinero va ser bastante rápido. Esto es en realidad lo que ha motivado el fuerte interés sobre todo de los gobiernos diferentes de buscar sustitutos a la energía fósil, y al uranio, porque el uranio está también en la misma situación – no está mejor, ni mucho menos.
Y, por eso se ha desarrollado este modelo de las renovables. Es un modelo que lo que pretende es conseguir que la energía se comporte, de una manera semejante a como se comporta la energía fósil, en el sentido de que tú lo puedes concentrar, transportar y utilizar fácilmente.
Este modelo se basa en la idea de que vamos a hacer capaces de hacer una energetización total de la sociedad. Nos plantean que vamos a descarbonizar, es decir, que vamos a emitir menos CO2 y demás, cosa que no ha pasado; las emisiones de CO2 han ido aumentando cada año, obviamente es un fenómeno global.
Pero tenemos que tener en cuenta que mucha de la disminución de las emisiones de CO2 en el estado español tiene que ver simplemente con el hecho de que se han puesto las fábricas en China, aunque el consumo se sigue haciendo aquí. Has puesto lo que contamina lejos, para que no te cuente en tu propia estadística,pero al final en realidad tu sigues contaminando lo mismo, o incluso más teniendo en cuanta el transporte, porque básicamente la producción en China es para consumir aquí.
En cualquier caso, como digo se ha apostado por este modelo, en el que se ha presumido de unas tecnologías que nos permitían una falsa sustitución, y básicamente se ha apostado por este modelo de la renovable industrial que se basa en la gran eólica y la gran fotovoltaica. Las tecnologías tienen sus virtudes y sus defectos. Tienen muchas limitaciones que son conocidas, pero al final el problema de la renovable industrial es que se basaba en la idea de que vamos a hacer la tecnología para aprovechar un montón de electricidad que habíamos producido y que vamos a poder sustituir los usos no eléctricos del combustible fósil.
Yo me imagino que los que habéis venido aquí en coche, no habréis venido en coche eléctrico la mayoría, habréis venido en coche convencional. De hecho, una de las tecnologías palanca, que se decía que iba a permitir aumentar el consumo de electricidad y favorecer este despunte del coche eléctrico. Se insistía mucho en él. Eso fue diez años. Ahora empieza a verse que el coche eléctrico puede tener su nicho, pero evidentemente no es un coche para las clases populares, no es un coche para todo el mundo. Es caro, para recargarlo tiene problemas, te puede costar más o menos dinero, nunca va a ser fácil la recarga, etc, en se está viendo, que no va por ahí por ahí. Precisamente por eso el mercado de coches de segunda mano está por las nubes, ahora mismo. Lo que se quiere es todavía coches con combustibles fósiles, y por ejemplo en Francia y Alemania que están inmersas en una grave crisis industrial, están diciendo que lo de quitar los coches de combustible fósil para el 2025 que va ser que no. Realmente por ahí no se puede tirar.
Otra de las claves de la transición era el hidrógeno verde. Que particularmente en Euskadi se ha apostado muchísimo por el hidrógeno verde, como un motor de cambio, de industria y no sé qué, y hace unos años la tabarra que nos daban con el hidrógeno verde era bestial. Y ahora no se habla tanto – en el País Vasco se sigue hablando bastante, pero en el resto del estado os aseguro que el tema ha decaído. Y hay que entenderlo fundamentalmente, porque Alemania ha perdido interés en el hidrógeno verde, porque ya he visto que es una mala idea, que es un mal vector energético; que es una sustancia que causa muchos problemas. Tiene sus usos, de nuevo: sus aplicaciones las más lógicas son industriales; es una alternativa cara la manera de producir el hidrógeno actual, pero que evidentemente no es algo tampoco que se pueda generalizar.
Y ahora nos están vendiendo un poco la idea de que la tecnología vectora es un poco la inteligencia artificial y los centros de datos. Esto se basa también en una vieja idea de que las infraestructuras crean actividad económica. Un centro de datos es una infraestructura. Los centros de datos no acaban de llegar: en el estado españoles hay centros de datos desde hace más de 30 años – no es una cosa nueva. Y además, como yo digo, esto es como una carretera o un aeropuerto, o una estación de AVIA: son cosas que si tú y a tienes alguna actividad económica te pueden ayuda, pero que no crea la actividad por sí mismo.
Esto es todo lo que ahora mismo se está haciendo con un objetivo que es en medio de un estrepitoso fracasos de la energía renovable industrial lo que interesa aquí es mantener viva la burbuja un poco de tiempo más, mientras que terminados actores económicos importantes se desaten de sus posiciones en los parques eólicos y fotovoltaicos. Por eso es lo que se está viendo ahora mismo.
Desde principios del año, los grandes fondos de inversiones están des-invirtiendo su inversión en renovable en todo el mundo, no es solamente en el estado español. Y este modelo, al final, pues parece que se ha ido un poco al carajo.
Posiblemente, las personas que lo hayáis oído alguna vez ya lo sabréis, pero Posiblemente muchas de los que estáis aquí pensáis que el consumo de electricidad va creciendo, y eso es mentira! El consumo de electricidad tanto en Euskadi, como en el estado español, como en la Unión Europea, como el conjunto de la OCDE, lleva retrocediendo el consumo de electricidad desde el año 2008. 17 años ya de caída. Y el año 2025 se va a cerrar con más caídas todavía. O sea que al final resulta que estamos consumiendo cada vez menos electricidad.
Sin embargo, en el estado español, somos uno de los países del mundo donde tenemos la mayor ratio de producción potencial de electricidad frente al consumo real. En España, ahora mismo, el 130 gigavatios de potencia eléctrica instalada (contando todas las tecnologías, contando con las renovables, contando todo, todo) Tenemos 130 gigavatios instalados para un consumo medio de 26,5 gigavatios. Con puntas de consumo de 41 gigavatios en verano y en invierno. Para cubrir esto no hacían falta tanto sistemas.
Obviamente, cuando piensas en la la renovable (ahora mismo tienes la fotovoltaica, si sopla el viento tienes eólica) necesitas tener cierta abundancia, no puede ir solamente con aquello que necesitas mucho.Pero, hombre, con 80 gigavatios instalados cubríamos el consumo medio y las puntas, porque de hecho se hizo así durante muchos años.
Tenemos 130, pero es que quieren instalar 30 más en los próximos 5 años. Ya os digo que lo va a pasar. Ya os digo lo que va a pasar. Ahora mismo lo que hay es una auténtica masacre.
Muchas de las noticias que estáis oyendo, y sobre todo desde que hubo el apagón de abril tienen que ver con el hecho de que no va a ser posible cumplir con los objetivos que estaban previstos, y ya se está viendo que no cabe la energía renovable en la red. No cabe, no hay sitio para ello, sobre todo si quieres que sea estable. Porque este es un factor que no se tuvo que cuenta.
De aquí, al final de año vamos a ver bestialidades porque el gran problema que hay es que las grandes compañías eléctricas se habían comprometido a suministrar cierta cantidad de energía renovable, por los compromisos que tienen adquiridos España en tema de materia de emisiones, y estas empresas tienen que cumplir con los objetivos de emisiones, porque si no les van a poner una multa, y eso lo que ha hecho es que contratasen con las empresas eléctricas un montón de electricidad verde para poder cumplir estos objetivos. Porque simplemente por un lado verde no se produce, y por otro lado, cuando se puede producir no se puede meter en la red porque lo que pasa es que sino la red se desestabiliza.
El tema del apagón ya lo hemos hablado muchas veces. El tema del apagón se produce porque toda la energía renovable que hay instalada en España (la nueva renovable y la fotovoltaica) se ha permitido instalarse sin poner sistemas de estabilización, lo cuales una locura. Pero eso se ha hecho porque la normativa europea lo permitía (la normativa europea fue traspuesta a la normativa española) y las eléctricas se frotaban las manos porque les daba una opción barata de enriquecerse. Pero esto es una inconsciencia y una temeridad. Y sino porque se dijo «bueno, como no hay mucha renovable, que el resto de tecnologías viertan a la red».
Y se instalaron sin sistemas de estabilización, algunos de los cuales las centrales convencionales los tienen. Y esto ha sido, por las razones de siempre: la codicia, la avaricia, como todas estas cosas siempre pasan. Ahora tenemos un sistema no renovable que no funciona si se mete demasiado.
Desde el día del apagón, aunque no sabemos lo que ha pasado, en España se está quemando más gas, porque saben que si ponen centrales de gas son capaces de mantener la estabilidad de la red, lo saben. No creáis que se está poniendo mucho – es como un 10% más o menos. Pero con eso ya se garantiza la estabilidad. Un 10% de gas y de otras tecnologías hasta un 130% que no es renovable. Sin eso no marcha. Y lo que se ha hecho. ¿qué es lo que pasa? que la energía se ha vuelto más cara porque quemar gas es más caro. Aunque sea solo el 10% y lo que está es sobrante de capacidad.
Llegamos a final de año, no se ha podido producir las horas que estaban previsto; las energéticas están muy nerviosas; se van a perder 100 de millones de euros, y aquí están empezando a apretar los unos a los otros, y se están clavando el puñal los unos a los otros, porque, como es lógico, nadie quiere perder tanto dinero.
El modelo está muerto. O sea, aparte de todas las burradas que pasarán de aquí al final del año, a mi me preocupa un poco porque están forzando tanto la máquina, que espero que no lo permitan, porque podrían causar otro apagón simplemente por estupidez, igual que se causó el primero. El primer apagón, no hay ninguna razón técnica para que se produzca, se produce por estupidez y codicia. Y ahora, si se produjera otro, sería por estupidez y codicia. Lo que pasa es que están cansados y los técnicos de Red Eléctrica española antes harán un motín que permitir que vuelva a pasar esta salvajada.
Pero tener presente que a partir del año que viene esto decae. Ahora, por ejemplo, hemos sabido que la empresa que venía al rescate de Euskadi para la instalación de aerogeneadores, Statkraft, ha anunciado un ERE. Se ve que esto ya no es tan chollo. Últimamente estamos viendo que las grandes eólicas están teniendo problemas de rentabilidad con eólica en el mar,con eólica tierra adentro, etc, etc. La fotovoltaica ni os explico, pero en ese sentido. Esto se ha acabado.
A partir del año que viene, que además se habrán acabado los fondo Next Generation, nadie va a reconocer se ha acabado, nadie va a reconocer que este modelo era erróneo, nadie va a reconocer que es imposible la electrificación total de la economía, pero obviamente el capital se va a otro lado.
Entonces, vamos a esa otra segunda burbuja renovable que ya se está formando, que yo voy a dar charlas por el Estado español y ya está tomando mucha fuerza, que tiene que ver con la biomasa, con el aprovechamiento de los residuos sobre todo ganaderos, y de la biomasa – que la biomasa aunque te hablen de utilizar rastrojo y demás, es una forma pija de hablar de la leña. Porque como no podemos hacer otra cosa, vamos a quemar todo que sea necesario para mantener en marcha la mega-máquina industrial.
Así que ir con cuidado, porque los proyectos de los molinos y demás se acabarán. Todas las bobadas que están planteando se acabará. Tendrá coletazos, algunos desagradables, por ejemplo, los grandes bancos de baterías que quieren instalar, todas esas instalaciones que son peligrosas que tienen sus problemas y demás. Eso va a perder fuelle en los próximos años. El resto ahora se va a ir dirigiendo cada vez más por un lado hacia el bio-gas donde haya residuos, su instalación, con sus problemas y demás, y la biomasa, lo cual implica destruir algo fundamental para el mantenimiento de nuestro ecosistema. Por desgracia aquí en Euskadi tenéis mucha biomasa, digo por desgracia porque evidentemente se ve con los ojos, hay mucho bosque que se puede quemar y luego que se puede reemplazar por especies de crecimiento rápido como se ha hecho en Galicia, como eucaliptos y demás que acaban destrozando la tierra.
Al final hay una cuestión que siempre está a la vista y que hay que tratar: Es imposible mantener un sistema económico con un crecimiento infinito en un Planeta finito. Y lo que estamos intentando es que la energía se adecue a nuestro capricho de mantener un sistema económico creciente en un Planeta finito, que eso nunca fue posible. Y todo lo que estamos hablando, y estamos dando vueltas en círculo por no querer aceptar esto. Lo que hay que hacer es cambiar el sistema económico. No podemos mantener este sistema económico tal y como hemos comentado. Y luego por los límites ambientales tal y como ha comentado Antonio Aretxabala.
Esto no va a poder continuar en ninguna manera. Pero si la ciudadanía no toma el rol que le corresponde tomando las decisiones sobre todas estas cuestiones, el problema que vamos a tener es que vamos a ir a un colapso ecológico y podemos ir al colapso de todo el modelo. Por tanto, hay que entender que esta ha sido una falsa transición. Hay que entender que se va a proponer nuevas falsas soluciones y aquí es imprescindible la participación de la ciudadanía para obligar a que se imponga el sentido común y las discusiones estén basadas en la ciencia y sobre todo que lo que realmente es beneficioso para la sociedad.
CARLOS TAIBO:
Pues, muchas gracias por la invitación.
Veo que este mecanismo tan restrictivo de dar uso de la palabra, me obliga a ser en exceso conciso, lo que interpreto como una forma de censura abierta (Risas). Yo voy a oficiar aquí de telonero, porque las personas que realmente saben… – ¿Por qué dices que soy un mentiroso?- Bueno, realmente sé que no sabéis tampoco, pero yo en cualquier caso, de lo que tengo certeza es de que que no sé soy yo. Ya se me ha ido, ¿verdad?
Recuerdo que una vez en Madrid en un tribunal de opinión sobre la deuda externa, que teníamos cada uno un minuto, Marcelino Camacho inició un saludo diciendo «Estoy aquí en representación del pueblo obrero, campesino, pescador, minero…» y se le fue el minuto entero con la salutación.
Yo voy a transmitir los seis ideas, que son en sustancia las mismas que transmití ayer. Hablado en serio, había pensado innovar con respecto a lo de ayer pero me pareció que si está esto ya mucho más marcado temporalmente es preferible repetir lo que uno hizo, y que sabe más o menos que tiempo reclama.
Primera de las ideas: quienes me conocéis sabéis que desde hace tiempo, cuando tengo que perfilar una idea general sobre nuestros deberes en relación con la transición ecológica, me sirvo de varios verbos: decrecer, re-ruralizar, des-tecnologizar, des-patriarcaliziar , des-colonizar, des-complejizar y últimamente agrego, des-militarizar. El despliegue de esos verbos, y a esto voy, solo tiene sentido que es el punto de vista, si conseguimos sumar una doble dimensión.
La primera es la relativa a las luchas sociales. Hay quien ha dicho que la ecología sin lucha de clases es meramente jardinería, y el argumento creo que está bien planteado.
A los principales pensadores, pensadoras decrecentistas, a menudo se las preguntas si su propuesta, es de izquierdas o derechas.
La pregunta creo que tiene poco sentido, porque estos dos términos han ido experimentando una difuminación. Prefiero que pregunten si la propuesta correspondiente tiene sentido imaginarla dentro del capitalismo o reclama por necesidad salir de este último, que es mi posición.
El segundo agregado que invocaba, habla de la ausencia de combinar las luchas ecológicas con las luchas anticoloniales, o por decirlo de otra manera, de reunir la historia ecológica del Planeta y la historia colonial.
A buen seguro que sabéis que uno de los términos que se ha sentado en las últimas décadas, es es el que habla del antropoceno, para sugerir que el ser humano se ha convertido en un agente biológico que está transformando para mal, las más de las veces, reglas del juego elemental.
Esa concepto tiene mucha utilidad, pero arrastra a sus problemas que intuyo quedan retratados de la mano de la aparición de algunos términos alternativos. Hay quien prefiere hablar del capitaloceno, para subrayar que hablando en propiedad, no es la especie humana, sino un sistema preciso llamado capitalismo.
Hay quien utiliza la expresión androceno para llamar la atención sobre el hecho de que la responsabilidad fundamental corre a cargo de la mitad masculina de la población planetaria.
Y hay quien empieza a hablar, y en el fondo a esto voy, del plantaciónceno o del negroceno para subrayar la relación evidentísima, que existe entre las agresiones ecológicas y los dominios coloniales.
Según la apreciación, muchos de los debates de hoy se ven indeleblemente marcados por la llamada Agenda 2030. Creo que sabéis que esta agenda ha sido objeto de críticas acervas del lado de nuestra derechona, algo que en una primera aproximación invitaría a ser moderados en nuestras críticas. No consigo hacerlo.
Me parece que la agenda 2030 refleja con mucha claridad las miserias del sistema de Naciones Unidas. Me explico, hace 25 o 30 años, Naciones Unidas anunció su propósito de acabar con el hambre del mundo sin tocar un ápice los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional. Esto era rizar el rizo.
¿Qué es lo que echo yo de menos en la Agenda 2030? Una consideración crítica del capitalismo. No la hay. Un recelo expreso en lo que respecta las presuntas virtudes
del crecimiento económico. Tampoco la hay. Una consideración sería el fin de los problemas de los países del Sur. Falta visiblemente.
Tercera de mis apreciaciones. Yo soy una de las muchas personas que hace 20 o 25 años defendía sin mayores dudas las llamadas energías renovables. Sabíamos ya entonces que ni eran perfectamente renovables ni eran limpias. Pero por detrás en nuestra defensa creo que operaba una idea que era respetable: la sugerencia de que estas tecnologías, o estas energías,
por definición tenían un carácter descentralizado. De tal manera que se prestaba a un control popular exhaustivo desde perspectivas autogestionales.
No voy a afirmar que lo contrario es lo que se ha abierto camino. No voy a recelar del buen sentido de esta apuesta inicial. Me voy a limitar a verificar que la deriva de los hechos ha conducido un escenario distinto. Según una estimación las dos terceras partes del negocio eólico del Estado español están en manos de las grandes empresas de la energía. Y buena parte del tercio restante está en manos de las grandes empresas de la construcción. Algo que obliga a concluir que lo que podía tener alguna justificación que defendiésemos hace 25 o 30 años hoy no lo tiene, porque se inserte en plenitud en la lógica del capitalismo verde, que entiende que hay que utilizar la ecología, las carencias correspondientes como una fuente adicional de beneficios.
Cuarta observación: Poco me importa el término que utilicemos para describir esto: yo prefiero seguir hablando de decrecimiento. En cualquier caso, la propuesta principal que hay por detrás sugiere que para resolver muchos de nuestros problemas tenemos que poner los frenos de emergencia y que esto implica muchos ámbitos dar marcha atrás.
La perspectiva del decrecimiento tal y como yo la concibo nos dice que si vivimos en un Planeta con recursos limitados no tiene sentido que aceptemos a seguir creciendo ilimitadamente. Tanto más cuento que sobra los motivos para concluir que hemos dejado mi atrás las posibilidades medioambientales y de recursos que la tierra nos ofrece.
En este orden de cosas la perspectiva del decrecimiento nos dice que los países ricos del norte opulento inexorablemente tenemos que reducir los niveles de producción y de consumo.
Pero tenemos que anotar un conjunto de medidas adicionales que rompen con la lógica dominante. Cuáles son enunciadas telegráficamente esas medidas:Tenemos que recuperar la vida social que hemos ido dilapidando en nuestra obsesión por el consumo, la competitividad y la productividad.
Tenemos que apostar por formas de ocio creativo frente a las formas de ocio siempre vinculadas con el dinero que nos ofrecen por todas partes.
Tenemos que repartir el trabajo, una vieja demanda sindical que infelizmente fue muriendo con el paso del tiempo.
Tenemos que reducir las dimensiones de muchas de las infraestructuras productivas, administrativas y de transporte que hoy empleamos.
Tenemos que restaurar el vigor de la vida en lo local en un escenario de reaparición de fórmulas de democracia directa y de autogestión.
En fin, en el terreno individual tenemos que defender la sobriedad y la sencillez voluntarias.
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Va la quinta y penúltima de las apreciaciones que quiero haceros. Muchas veces he señalado los últimos años que no prestamos suficiente atención a una habilidad ingente del sistema que padecemos: la de conseguir que no hagamos las preguntas importantes.
Pongo un ejemplo de lo que quiero subrayar. El discurso dominante afirma que tenemos que buscar nuevas fuentes de energía que nos permitan mantener esto que hemos alcanzado y en su caso acrecentarlo.
¿Cuál es la gran pregunta que consiguen que no hagamos? ¿Realmente estamos interesados en mantener esto que tenemos delante de los ojos o, como me temo, obtendríamos francas ventajas derivadas de prescindir de los muchos elementos de irracionalidad de nuestras opciones?
Cuando enuncio ese argumento suelo recordar que a mi entender las fuerzas políticas emergentes entre nosotras, y algunas de las no tan emergentes, promueven discusiones interesantes en lo que respecta a la condición del régimen en el que estamos insertas. Pero infelizmente poco o nada nos dicen sobre la naturaleza del sistema que está por detrás de ese régimen.
En que estoy pensando cuando hablo del Régimen: en el bipartidismo, en la corrupción, en los problemas en materia de división de poderes, en la propia discusión española sobre la República y la monarquía. En que estoy pensando en cambio cuando me refiero al sistema: en todo aquello de lo que lo hablan los tertulianos de las radios y de las televisiones. En el capitalismo, en el trabajo salarial, en la mercancía, en la liberación, en la extracción, en la plusvalía, en la sociedad patriarcal, en las guerras imperiales, en la crisis ecológica, en el colapso.
Siempre que enunció esta retahíla de sustantivos procuro rescatar uno: plusvalía. No estoy pensando ahora, lo aclaro siempre, en ese impuesto que hay que pagar cuando se produce la compra-venta de una vivienda. Estoy pensando, antes bien, en el concepto de plus-valía desgranado por Marx, en el primer libro de El Capital, cuando estudia, como los empresarios explotan a la mano de obra y obtienen el beneficio correspondiente.
Hace unos años corrió por las redes sociales una frase redonda que creo daba en el clavo de la cuestión. Con ironía decía: «Tú que estás tan preocupado, tan inquieto, tan indignado con la corrupción, ya verás cómo vas a flipar el día en que te enteres de lo que es la plusvalía».
La corrupción es un fenómeno inquietante, sistémico. Pero lo de la plusvalía remite a la explotación cotidiana, los 365 días del año, de miles de millones de seres humanos.
¿Cuánto tiempo dedicamos a discutir sobre la corrupción y cuánto asignamos a la plusvalía? Me temo que el panorama es literalmente desolador.
Sexta y última de mis observaciones. He deslizado, hace un minuto, el término «colapso». Creo que estoy obligado a encarar una pregunta a ese respecto: ¿Vamos a conseguir esquivar un colapso general del sistema en el que estamos inmersas? El mi intuición (subrayo que estoy invocando a la intuición) la respuesta es «No». Lo que está a nuestro alcance es mitigar algunas de las consecuencias más negativas del fenómeno y postergar un poco en el tiempo su manifestación.
Debo confesar – lo hago siempre – que este segundo horizonte lo de postergar esa manifestación en el tiempo no acaba de convencer. Lo que me ronda en la cabeza es el título, el libro, moderadamente humorístico (el título, no el libro), de un norteamericano llamado John Michael Green, en una imaginable traducción castellana esa obra se titularía «colarse ahora y evite aglomeraciones». La tesis principal de Green viene a decir, si inexorablemente vamos a colapsar, no será lo más inteligente que empecemos a construir ya los rasgos propios de la sociedad poscolapsista.
Ahora que el cambio climático todavía no ha hecho sentir sus consecuencias más negativas. Ahora que todavía contamos con materias primas, energéticas y no energéticas en cantidades relativamente importantes. Desde el recordatorio de que la mayoría de los colapsos registradas en el pasado tuvieron consecuencias saludables en lo que respecta a re-ruralización, desjerarquización y autonomía local y desde la intuición el fin, de nuevo la intuición, de que el colapso puede borrar de un plumazo, muchos de los problemas que nos atenazan en lo que respecta a la propiedad privada y a la renta.
Gracias por ahora por haberme escuchado.
(Aplausos)
(
Conferencia de Bilbo)
ANTONIO ARETXABALA:
De hecho, ayer que Carlos terminó con esto también, yo retomé el asunto , evocando un poco los últimos estudios tanto geológicos como arqueológicos que se han hecho a través de estudio de piezas dentales, etcétera, de personas,previas a los momentos de crecimiento, por ejemplo, de los imperios (no sólo romanos, sino otros más) y los momentos posteriores al colapso. Y lo que se nota es que la gran mayoría de la gente que vive en los momentos álgidos, sobre todo al final de todo, cuando llegan a la cúspide, se dan cuenta de que los cuerpos son más pequeños, las muelas muestran que la alimentación es de peor calidad y luego los que quedan después del colapso tienen unos tamaños más grandes, es gente más saludable y tienen mucha mejor alimentación.
El tema que nos trae aquí, desde el punto de vista ambiental, si somos capaces de vivir, acorde con este Planeta – cuando hablamos de «Planeta» parece como que estamos señalando «mira, aquel planeta» y como que nosotros somos parte de él. Y yo me voy a dar con un canto en esos dientes de humanos que estamos sobrealimentados, pensando que al menos alguien del que vino aquí se plantee «que puedo hacer yo si soy parte de este Planeta».
No sé si habéis oído hablar de los límites de Rockström. Son 9 limites, que determinan espacios donde dentro de nuestro sistema podemos más o menos vivir acorde con el Planeta, sin que eso repercuta como un boomerang en algo que nos agreda. Y que incluso puede a acabar con una propia vida humana tal cual la conocemos. De esos nueve, como sabéis, que este año hemos pasado el séptimo. Uno de ellos, el que más sale la prensa, el que más se debate es el cambio climático. Pero solamente es el cuarto.
Tendríamos por delante momentos históricos que no se sabe cuando lo hemos superado en los que realmente deberíamos estar temblando. Uno de ellos es la pérdida de biodiversidad a través de nuestras actividades, sobre todo desde el punto de vista no sólo de la construcción de infraestructuras, sino sobre todo de la agricultura. Estos 9 limites son todos relacionados con nosotros.
En este caso, la pérdida de biodiversidad sería aquella parte en la que nosotros hemos confiado, confiábamos o no sabíamos que se producía, que como bichos que somos, como animales, mamíferos, hay un montón de bacterias, anfibios, de pececillos que hacen una cantidad de labores, gratis, eco-sistémicas que mantienen nuestras vidas. Eso es ahora mismo, la que en peor peligro está porque estamos perdiendo de orden de millones de especies que hacen labores que son necesarias para nuestras vidas, desde los pequeños riachuelos hasta los océanos.
Después tendríamos, para mí, en segundo lugar, otro límite que hemos sobrepasado, que sería el de las partículas eternas, si queréis, las nuevas partículas que ya forman parte de nuestros cuerpos, nuestros cuerpos como vehículos de nuevas corrientes que hemos implantado en este Planeta. Este Planeta, fijaros que tiene corrientes muy famosas, como son la Corriente del Golfo, que más o menos se estén por un poquito se acerca a nuestras costas, sino tendríamos un tiempo muy parecido al de Canadá. Y otras corrientes como la Jet Stream que trae las borrascas para que llueva, etc. que son trastocadas en otros frentes.
Pero nosotros, de hace un tiempo aparte, hemos puesto funcionamiento, sobre todo en los últimos 120 años, nuevas corrientes, que lo que hacen – se llaman corrientes artificiales – que se basan en una falla ecológica del sistema que es el diésel y que se dedica a llevar grandes cantidades, de comida, recursos, etc, a las ciudades y a sacar los desechos que se producen en las ciudades.
Estas ciudades, que a partir del año 2010, suponen las pequeñas células que, digamos, configuran la urbanosfera, que es la gran estructura planetaria moderna, de los 2010, hace tan solo 15 años, en la que la ciudad se convierte en el centro neurálgico de todas las esferas (el núcleo, el manto, la corteza, la atmósfera biosférica) se gestionan desde la urbanosfera.
La urbanosfera en el año 2010, supone que más de la mitad de la población, comenzamos a vivir en ciudades, y eso es una nueva estela para la primera planeta, que hoy somos el 56 por ciento. Al mismo tiempo, esa urbanosfera tiene la necesidad de de que necesitemos de energía constante, abundante, barata, para poder subsistir. Y eso va produciendo deshechos.
De forma que, cuando empezó la revolución industrial, nuestra relación con el Planeta era circular: la mula movía el carro, se labraba la tierra, el ciclo volvía, todo eso era circular. Y todo esto repercutía en la alimentación, en los gustos. Movía también a los esclavos, en fin, se hacía todo de modo circular. También los ríos movían el molino, ese agua luego evaporaba, volvía a llover, volvía a mover el molino y volvía el trigo otra vez a dar vuelta. Y eso se rompió poco a poco durante el siglo XX, al introducir excedentes de energía que no eran renovables, que eran combustibles fósiles.
De tal forma que hoy en día, a partir de la segunda guerra mundial superamos más de la mitad de una relación circular con una relación no circular, y hoy en día tenemos una relación circular de más o menos 10%, en relación a un 90% que está produciendo deshechos constantemente. Deshechos que aparece así como una nueva sustancia en el Planeta que ya forma parte de esas corrientes artificiales, que os comento, en las que nuestros cuerpos son vehículos de ellas. Así que por eso nosotros, ahora mismo, tenemos aquí en la sociedad occidental como lo nuestra, más o menos, una cantidad de micro-plásticos impresionantes. Por ejemplo, en la presentación humana, en los testículos, en el cerebro, en la sangre y en los pulmones. (Tenemos los huevos de plástico). Todo esto conforma, como os decía, un límite planetario que ya se ha es superado.
Y tercer límite que hemos superado tiene que ver con la agricultura y con los ciclos, sobre todo, de el nitrógeno y el fósforo. Recientemente, en el mismo año el gobierno de Navarra ha triplicado, prácticamente, la superficie contaminada por nitratos, gracias a este sistema capitalista que promociona para nuestra forma de comer, nuestra forma de consumir, nuestra forma de movernos, etc, y entre ellas están las macro-granjas. También (la producción energética) a partir de los desechos de macro-granjas va a ser la próxima burbuja, que vamos a tener el líder, que nos va a hablar Antonio Turiel un poquito.
ANTONIO ARETXABALA:
De hecho, ayer que Carlos terminó con esto también, yo retomé el asunto , evocando un poco los últimos estudios tanto geológicos como arqueológicos que se han hecho a través de estudio de piezas dentales, etcétera, de personas,previas a los momentos de crecimiento, por ejemplo, de los imperios (no sólo romanos, sino otros más) y los momentos posteriores al colapso. Y lo que se nota es que la gran mayoría de la gente que vive en los momentos álgidos, sobre todo al final de todo, cuando llegan a la cúspide, se dan cuenta de que los cuerpos son más pequeños, las muelas muestran que la alimentación es de peor calidad y luego los que quedan después del colapso tienen unos tamaños más grandes, es gente más saludable y tienen mucha mejor alimentación.
El tema que nos trae aquí, desde el punto de vista ambiental, si somos capaces de vivir, acorde con este Planeta – cuando hablamos de «Planeta» parece como que estamos señalando «mira, aquel planeta» y como que nosotros somos parte de él. Y yo me voy a dar con un canto en esos dientes de humanos que estamos sobrealimentados, pensando que al menos alguien del que vino aquí se plantee «que puedo hacer yo si soy parte de este Planeta».
No sé si habéis oído hablar de los límites de Rockström. Son 9 limites, que determinan espacios donde dentro de nuestro sistema podemos más o menos vivir acorde con el Planeta, sin que eso repercuta como un boomerang en algo que nos agreda. Y que incluso puede a acabar con una propia vida humana tal cual la conocemos. De esos nueve, como sabéis, que este año hemos pasado el séptimo. Uno de ellos, el que más sale la prensa, el que más se debate es el cambio climático. Pero solamente es el cuarto.
Tendríamos por delante momentos históricos que no se sabe cuando lo hemos superado en los que realmente deberíamos estar temblando. Uno de ellos es la pérdida de biodiversidad a través de nuestras actividades, sobre todo desde el punto de vista no sólo de la construcción de infraestructuras, sino sobre todo de la agricultura. Estos 9 limites son todos relacionados con nosotros.
En este caso, la pérdida de biodiversidad sería aquella parte en la que nosotros hemos confiado, confiábamos o no sabíamos que se producía, que como bichos que somos, como animales, mamíferos, hay un montón de bacterias, anfibios, de pececillos que hacen una cantidad de labores, gratis, eco-sistémicas que mantienen nuestras vidas. Eso es ahora mismo, la que en peor peligro está porque estamos perdiendo de orden de millones de especies que hacen labores que son necesarias para nuestras vidas, desde los pequeños riachuelos hasta los océanos.
Después tendríamos, para mí, en segundo lugar, otro límite que hemos sobrepasado, que sería el de las partículas eternas, si queréis, las nuevas partículas que ya forman parte de nuestros cuerpos, nuestros cuerpos como vehículos de nuevas corrientes que hemos implantado en este Planeta. Este Planeta, fijaros que tiene corrientes muy famosas, como son la Corriente del Golfo, que más o menos se estén por un poquito se acerca a nuestras costas, sino tendríamos un tiempo muy parecido al de Canadá. Y otras corrientes como la Jet Stream que trae las borrascas para que llueva, etc. que son trastocadas en otros frentes.
Pero nosotros, de hace un tiempo aparte, hemos puesto funcionamiento, sobre todo en los últimos 120 años, nuevas corrientes, que lo que hacen – se llaman corrientes artificiales – que se basan en una falla ecológica del sistema que es el diésel y que se dedica a llevar grandes cantidades, de comida, recursos, etc, a las ciudades y a sacar los desechos que se producen en las ciudades.
Estas ciudades, que a partir del año 2010, suponen las pequeñas células que, digamos, configuran la urbanosfera, que es la gran estructura planetaria moderna, de los 2010, hace tan solo 15 años, en la que la ciudad se convierte en el centro neurálgico de todas las esferas (el núcleo, el manto, la corteza, la atmósfera biosférica) se gestionan desde la urbanosfera.
La urbanosfera en el año 2010, supone que más de la mitad de la población, comenzamos a vivir en ciudades, y eso es una nueva estela para la primera planeta, que hoy somos el 56 por ciento. Al mismo tiempo, esa urbanosfera tiene la necesidad de de que necesitemos de energía constante, abundante, barata, para poder subsistir. Y eso va produciendo deshechos.
De forma que, cuando empezó la revolución industrial, nuestra relación con el Planeta era circular: la mula movía el carro, se labraba la tierra, el ciclo volvía, todo eso era circular. Y todo esto repercutía en la alimentación, en los gustos. Movía también a los esclavos, en fin, se hacía todo de modo circular. También los ríos movían el molino, ese agua luego evaporaba, volvía a llover, volvía a mover el molino y volvía el trigo otra vez a dar vuelta. Y eso se rompió poco a poco durante el siglo XX, al introducir excedentes de energía que no eran renovables, que eran combustibles fósiles.
De tal forma que hoy en día, a partir de la segunda guerra mundial superamos más de la mitad de una relación circular con una relación no circular, y hoy en día tenemos una relación circular de más o menos 10%, en relación a un 90% que está produciendo deshechos constantemente. Deshechos que aparece así como una nueva sustancia en el Planeta que ya forma parte de esas corrientes artificiales, que os comento, en las que nuestros cuerpos son vehículos de ellas. Así que por eso nosotros, ahora mismo, tenemos aquí en la sociedad occidental como lo nuestra, más o menos, una cantidad de micro-plásticos impresionantes. Por ejemplo, en la presentación humana, en los testículos, en el cerebro, en la sangre y en los pulmones. (Tenemos los huevos de plástico). Todo esto conforma, como os decía, un límite planetario que ya se ha es superado.
Y tercer límite que hemos superado tiene que ver con la agricultura y con los ciclos, sobre todo, de el nitrógeno y el fósforo. Recientemente, en el mismo año el gobierno de Navarra ha triplicado, prácticamente, la superficie contaminada por nitratos, gracias a este sistema capitalista que promociona para nuestra forma de comer, nuestra forma de consumir, nuestra forma de movernos, etc, y entre ellas están las macro-granjas. También (la producción energética) a partir de los desechos de macro-granjas va a ser la próxima burbuja, que vamos a tener el líder, que nos va a hablar Antonio Turiel un poquito.
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Uno dice que el nitrógeno, como todos sabéis, es el elemento que forma parte de nuestras moléculas proteínicas, nuestra estructura, que son nuestros huesos, que no son sólo los nuestros, sino los de todo el mundo vegetal y los de todo el mundo animal. Y luego el fósforo, pues, es la molécula, que tiene que ver con la capacidad de producir energía, transportar la energía a través de los cuerpos de todo los seres vivos del Planeta. Es la P del fósforo (en la tabla periódica). El fósforo lo hemos machacado porque las especies que llevamos ya muchos años cultivando, precisamente, por haber introducido estas nuevas corrientes no renovables desde hace prácticamente 70 años, en la agricultura. Hemos puesto en funcionamiento especies que son de las que comemos, que ya no se buscan la vida para buscar fósforo ni nitrógeno, simplemente por el hecho de que como disponíamos de fertilizantes baratos derivados del petróleo y de pesticidas baratos derivados del petróleo de los que hemos arrasado la biodiversidad con lo cual estamos atacando el primer nivel, el segundo y el tercero.
Y bueno, ya no quiero extenderme más sobre estos límites, pero luego ya por cuarto lugar tendríamos el cambio climático, que si no es muy gordo es en el que se ha centrado todo el sistema capitalista, especialmente en Euskal Herria con respecto a hacer negocio. Desde aquí sí que hemos involucrado a las generaciones futuras a través de estos fondos llamados Next Generation, estos fondos de Recuperación, Transformación y Resilencia: No sé si os acordáis en el años 2020 al salir de la pandemia, Pedro Sánchez reúne a todos los grupos y agentes sociales, sindicato, empresarios, militar, y les anuncia que vamos a hacer una transición verde, digital e inclusiva. Y entonces, aprueba una cantidad de presupuestos que conlleva sobre todo la implantación masiva de energías o dispositivos tecnológicos de captación de las energías renovables, que suponen aproximadamente las dos juntas, las más famosas, eólica y solar, aproximadamente no llegan ni al 7 % de la energía que consumimos.
Y con esto, pues, íbamos a hacer una transición que iba a involucrar a todo el mundo, pero por detrás lo que se busca era un nicho de negocio para favorecer involucrando a la Next Generation, que era un hombre muy bonito, es decir, a nuestros hijos y nuestras hijas, involucrarles en los beneficios actuales de Iberdrola, y de un entramado político y empresarial que es el que vive de esto.
Esto sería el enfoque que se ha hecho del cambio climático, a través de una forma de hacer esa transformación de la sociedad, de ese metabolismo y de estas corrientes de las que hablaba antes, para seguir haciendo exactamente lo mismo, pero de una forma renovable, eléctrica e industrial.
Bueno, pues, esto ya ha fracasado por las razones que váis a escuchar a continuación. Esta apuesta no tenía futuro. Ya lo sabíamos. Pero todos aquellos que poníamos en duda toda esa cuestión… estuve en el parlamento de Navarra participando en la comisión de transición energética y cambio climático, y me di cuenta de que los grupos políticos estaban realmente perdidos.
Luego en el debate que hagamos al final me gustaría profundizar en algunos aspectos un poquito más, porque realmente la Euskal Herria que habitamos parece que va perfilando ya una cosa que alguien ha inventado, que sería como una especie como de mapa, en el que toda esta, esta transición renovable industrial llevaría a tener un gran de centros tecnológicos, de alta tecnología, como los que me comentaba Arantxa Tapia, que estarían directamente en la zona vizcaína, todo lo relacionado con la industria vizcaína; luego tendríamos una parte que sería turística, servicios, pero muy VIP, un modelo Mónaco, San Tropez, con un metro precioso que sería Donostia; y luego tendríamos la Euskal Herria subsahariana que sería la que produciría los alimentos y la energía necesaria para mantener este proyecto,
que parece que se quiere perfilar, pero que yo creo que no va a tener ningún futuro. Y ya le doy el paso a Antonio (Turiel)
(Aplausos)
Antonio Turiel
En primer lugar agradecer que nos hayan invitado a estar aquí, una vez más, explicando estas cosas- Yo, la parte que me toca a mí, yo incidir en lo que dice el título de la charla, lo de la falsa transición. Entonces, la primera cosa que hay que decir, es importante, es que este modo de transición por el que se ha apostado, que nunca llegó, era un modelo que pretendía no responder al problema del cambio climático, sino responder al problema de la escasez de combustibles fósiles y demás tipos de energía.
Respecto a la escasez de petróleo, de gas natural y en general de combustibles fósiles, es algo que se ha venido negando durante todos estos años, es una cosa que ha ido yendo a peor todos estos años. Según informes recientes ya estamos entrando la fase de declive, y este declive, si no se pone mucho dinero, va a ser muy rápido, o incluso poniendo mucho dinero va ser bastante rápido. Esto es en realidad lo que ha motivado el fuerte interés sobre todo de los gobiernos diferentes de buscar sustitutos a la energía fósil, y al uranio, porque el uranio está también en la misma situación – no está mejor, ni mucho menos.
Y, por eso se ha desarrollado este modelo de las renovables. Es un modelo que lo que pretende es conseguir que la energía se comporte, de una manera semejante a como se comporta la energía fósil, en el sentido de que tú lo puedes concentrar, transportar y utilizar fácilmente.
Este modelo se basa en la idea de que vamos a hacer capaces de hacer una energetización total de la sociedad. Nos plantean que vamos a descarbonizar, es decir, que vamos a emitir menos CO2 y demás, cosa que no ha pasado; las emisiones de CO2 han ido aumentando cada año, obviamente es un fenómeno global.
Pero tenemos que tener en cuenta que mucha de la disminución de las emisiones de CO2 en el estado español tiene que ver simplemente con el hecho de que se han puesto las fábricas en China, aunque el consumo se sigue haciendo aquí. Has puesto lo que contamina lejos, para que no te cuente en tu propia estadística,pero al final en realidad tu sigues contaminando lo mismo, o incluso más teniendo en cuanta el transporte, porque básicamente la producción en China es para consumir aquí.
En cualquier caso, como digo se ha apostado por este modelo, en el que se ha presumido de unas tecnologías que nos permitían una falsa sustitución, y básicamente se ha apostado por este modelo de la renovable industrial que se basa en la gran eólica y la gran fotovoltaica. Las tecnologías tienen sus virtudes y sus defectos. Tienen muchas limitaciones que son conocidas, pero al final el problema de la renovable industrial es que se basaba en la idea de que vamos a hacer la tecnología para aprovechar un montón de electricidad que habíamos producido y que vamos a poder sustituir los usos no eléctricos del combustible fósil.
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Yo me imagino que los que habéis venido aquí en coche, no habréis venido en coche eléctrico la mayoría, habréis venido en coche convencional. De hecho, una de las tecnologías palanca, que se decía que iba a permitir aumentar el consumo de electricidad y favorecer este despunte del coche eléctrico. Se insistía mucho en él. Eso fue diez años. Ahora empieza a verse que el coche eléctrico puede tener su nicho, pero evidentemente no es un coche para las clases populares, no es un coche para todo el mundo. Es caro, para recargarlo tiene problemas, te puede costar más o menos dinero, nunca va a ser fácil la recarga, etc, en se está viendo, que no va por ahí por ahí. Precisamente por eso el mercado de coches de segunda mano está por las nubes, ahora mismo. Lo que se quiere es todavía coches con combustibles fósiles, y por ejemplo en Francia y Alemania que están inmersas en una grave crisis industrial, están diciendo que lo de quitar los coches de combustible fósil para el 2025 que va ser que no. Realmente por ahí no se puede tirar.
Otra de las claves de la transición era el hidrógeno verde. Que particularmente en Euskadi se ha apostado muchísimo por el hidrógeno verde, como un motor de cambio, de industria y no sé qué, y hace unos años la tabarra que nos daban con el hidrógeno verde era bestial. Y ahora no se habla tanto – en el País Vasco se sigue hablando bastante, pero en el resto del estado os aseguro que el tema ha decaído. Y hay que entenderlo fundamentalmente, porque Alemania ha perdido interés en el hidrógeno verde, porque ya he visto que es una mala idea, que es un mal vector energético; que es una sustancia que causa muchos problemas. Tiene sus usos, de nuevo: sus aplicaciones las más lógicas son industriales; es una alternativa cara la manera de producir el hidrógeno actual, pero que evidentemente no es algo tampoco que se pueda generalizar.
Y ahora nos están vendiendo un poco la idea de que la tecnología vectora es un poco la inteligencia artificial y los centros de datos. Esto se basa también en una vieja idea de que las infraestructuras crean actividad económica. Un centro de datos es una infraestructura. Los centros de datos no acaban de llegar: en el estado españoles hay centros de datos desde hace más de 30 años – no es una cosa nueva. Y además, como yo digo, esto es como una carretera o un aeropuerto, o una estación de AVIA: son cosas que si tú y a tienes alguna actividad económica te pueden ayuda, pero que no crea la actividad por sí mismo.
Esto es todo lo que ahora mismo se está haciendo con un objetivo que es en medio de un estrepitoso fracasos de la energía renovable industrial lo que interesa aquí es mantener viva la burbuja un poco de tiempo más, mientras que terminados actores económicos importantes se desaten de sus posiciones en los parques eólicos y fotovoltaicos. Por eso es lo que se está viendo ahora mismo.
Desde principios del año, los grandes fondos de inversiones están des-invirtiendo su inversión en renovable en todo el mundo, no es solamente en el estado español. Y este modelo, al final, pues parece que se ha ido un poco al carajo.
Posiblemente, las personas que lo hayáis oído alguna vez ya lo sabréis, pero Posiblemente muchas de los que estáis aquí pensáis que el consumo de electricidad va creciendo, y eso es mentira! El consumo de electricidad tanto en Euskadi, como en el estado español, como en la Unión Europea, como el conjunto de la OCDE, lleva retrocediendo el consumo de electricidad desde el año 2008. 17 años ya de caída. Y el año 2025 se va a cerrar con más caídas todavía. O sea que al final resulta que estamos consumiendo cada vez menos electricidad.
Sin embargo, en el estado español, somos uno de los países del mundo donde tenemos la mayor ratio de producción potencial de electricidad frente al consumo real. En España, ahora mismo, el 130 gigavatios de potencia eléctrica instalada (contando todas las tecnologías, contando con las renovables, contando todo, todo) Tenemos 130 gigavatios instalados para un consumo medio de 26,5 gigavatios. Con puntas de consumo de 41 gigavatios en verano y en invierno. Para cubrir esto no hacían falta tanto sistemas.
Obviamente, cuando piensas en la la renovable (ahora mismo tienes la fotovoltaica, si sopla el viento tienes eólica) necesitas tener cierta abundancia, no puede ir solamente con aquello que necesitas mucho.Pero, hombre, con 80 gigavatios instalados cubríamos el consumo medio y las puntas, porque de hecho se hizo así durante muchos años.
Tenemos 130, pero es que quieren instalar 30 más en los próximos 5 años. Ya os digo que lo va a pasar. Ya os digo lo que va a pasar. Ahora mismo lo que hay es una auténtica masacre.
Muchas de las noticias que estáis oyendo, y sobre todo desde que hubo el apagón de abril tienen que ver con el hecho de que no va a ser posible cumplir con los objetivos que estaban previstos, y ya se está viendo que no cabe la energía renovable en la red. No cabe, no hay sitio para ello, sobre todo si quieres que sea estable. Porque este es un factor que no se tuvo que cuenta.
De aquí, al final de año vamos a ver bestialidades porque el gran problema que hay es que las grandes compañías eléctricas se habían comprometido a suministrar cierta cantidad de energía renovable, por los compromisos que tienen adquiridos España en tema de materia de emisiones, y estas empresas tienen que cumplir con los objetivos de emisiones, porque si no les van a poner una multa, y eso lo que ha hecho es que contratasen con las empresas eléctricas un montón de electricidad verde para poder cumplir estos objetivos. Porque simplemente por un lado verde no se produce, y por otro lado, cuando se puede producir no se puede meter en la red porque lo que pasa es que sino la red se desestabiliza.
El tema del apagón ya lo hemos hablado muchas veces. El tema del apagón se produce porque toda la energía renovable que hay instalada en España (la nueva renovable y la fotovoltaica) se ha permitido instalarse sin poner sistemas de estabilización, lo cuales una locura. Pero eso se ha hecho porque la normativa europea lo permitía (la normativa europea fue traspuesta a la normativa española) y las eléctricas se frotaban las manos porque les daba una opción barata de enriquecerse. Pero esto es una inconsciencia y una temeridad. Y sino porque se dijo «bueno, como no hay mucha renovable, que el resto de tecnologías viertan a la red».
Y se instalaron sin sistemas de estabilización, algunos de los cuales las centrales convencionales los tienen. Y esto ha sido, por las razones de siempre: la codicia, la avaricia, como todas estas cosas siempre pasan. Ahora tenemos un sistema no renovable que no funciona si se mete demasiado.
Desde el día del apagón, aunque no sabemos lo que ha pasado, en España se está quemando más gas, porque saben que si ponen centrales de gas son capaces de mantener la estabilidad de la red, lo saben. No creáis que se está poniendo mucho – es como un 10% más o menos. Pero con eso ya se garantiza la estabilidad. Un 10% de gas y de otras tecnologías hasta un 130% que no es renovable. Sin eso no marcha. Y lo que se ha hecho. ¿qué es lo que pasa? que la energía se ha vuelto más cara porque quemar gas es más caro. Aunque sea solo el 10% y lo que está es sobrante de capacidad.
Llegamos a final de año, no se ha podido producir las horas que estaban previsto; las energéticas están muy nerviosas; se van a perder 100 de millones de euros, y aquí están empezando a apretar los unos a los otros, y se están clavando el puñal los unos a los otros, porque, como es lógico, nadie quiere perder tanto dinero.
El modelo está muerto. O sea, aparte de todas las burradas que pasarán de aquí al final del año, a mi me preocupa un poco porque están forzando tanto la máquina, que espero que no lo permitan, porque podrían causar otro apagón simplemente por estupidez, igual que se causó el primero. El primer apagón, no hay ninguna razón técnica para que se produzca, se produce por estupidez y codicia. Y ahora, si se produjera otro, sería por estupidez y codicia. Lo que pasa es que están cansados y los técnicos de Red Eléctrica española antes harán un motín que permitir que vuelva a pasar esta salvajada.
Pero tener presente que a partir del año que viene esto decae. Ahora, por ejemplo, hemos sabido que la empresa que venía al rescate de Euskadi para la instalación de aerogeneadores, Statkraft, ha anunciado un ERE. Se ve que esto ya no es tan chollo. Últimamente estamos viendo que las grandes eólicas están teniendo problemas de rentabilidad con eólica en el mar,con eólica tierra adentro, etc, etc. La fotovoltaica ni os explico, pero en ese sentido. Esto se ha acabado.
A partir del año que viene, que además se habrán acabado los fondo Next Generation, nadie va a reconocer se ha acabado, nadie va a reconocer que este modelo era erróneo, nadie va a reconocer que es imposible la electrificación total de la economía, pero obviamente el capital se va a otro lado.
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Así que ir con cuidado, porque los proyectos de los molinos y demás se acabarán. Todas las bobadas que están planteando se acabará. Tendrá coletazos, algunos desagradables, por ejemplo, los grandes bancos de baterías que quieren instalar, todas esas instalaciones que son peligrosas que tienen sus problemas y demás. Eso va a perder fuelle en los próximos años. El resto ahora se va a ir dirigiendo cada vez más por un lado hacia el bio-gas donde haya residuos, su instalación, con sus problemas y demás, y la biomasa, lo cual implica destruir algo fundamental para el mantenimiento de nuestro ecosistema. Por desgracia aquí en Euskadi tenéis mucha biomasa, digo por desgracia porque evidentemente se ve con los ojos, hay mucho bosque que se puede quemar y luego que se puede reemplazar por especies de crecimiento rápido como se ha hecho en Galicia, como eucaliptos y demás que acaban destrozando la tierra.
Al final hay una cuestión que siempre está a la vista y que hay que tratar: Es imposible mantener un sistema económico con un crecimiento infinito en un Planeta finito. Y lo que estamos intentando es que la energía se adecue a nuestro capricho de mantener un sistema económico creciente en un Planeta finito, que eso nunca fue posible. Y todo lo que estamos hablando, y estamos dando vueltas en círculo por no querer aceptar esto. Lo que hay que hacer es cambiar el sistema económico. No podemos mantener este sistema económico tal y como hemos comentado. Y luego por los límites ambientales tal y como ha comentado Antonio Aretxabala.
Esto no va a poder continuar en ninguna manera. Pero si la ciudadanía no toma el rol que le corresponde tomando las decisiones sobre todas estas cuestiones, el problema que vamos a tener es que vamos a ir a un colapso ecológico y podemos ir al colapso de todo el modelo. Por tanto, hay que entender que esta ha sido una falsa transición. Hay que entender que se va a proponer nuevas falsas soluciones y aquí es imprescindible la participación de la ciudadanía para obligar a que se imponga el sentido común y las discusiones estén basadas en la ciencia y sobre todo que lo que realmente es beneficioso para la sociedad.
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